martes, 5 de agosto de 2014

A ella

A mis dulces 30 esperó su voz con alegría, aprendo, aprendo por fin a escuchar sus consejos, disfruto de las burlas del pasado y valoro los regaños de antaño.

Extraño su comida, su risa y sus pasos, cuándo le gritaba al perro para que dejara de ladrar, añoro sus castigos por mis mal pasadas pero hoy ríe con mis errores del momento.

Que gran enseñanza me dejas en cada frase y cuánta energía dejas en ellos, eres pilar, fortaleza y casa, eres el fuego en mis luchas y conciencia para mis defectos

Te amo, te extraño, pero te siento conmigo en cada momento.

Gracias mamá, gracias por todo y por ello estoy en deuda contigo, mi pago...mi ser entero.