lunes, 9 de agosto de 2021

Ahogada

 Quiero que dejes de doler, me concentro en trabajar, me exijo más de lo común, duermo temprano cansada de los excesos de labores físicas... 


Comienzo a notar la falta de alimento, la falta de oxígeno, la falta de sonrisas.


Me esfumo, me voy, me deshago, me rompo a pedazos a cada paso que doy... Sonrió por fuera y muestro mi mejor cara, pero la verdad es que estoy destrozada.


Me golpeó con la pared, la misma que colocaste entre nosotros, la pared que solo me regala su silencio.


Me es imposible tolerar el silencio y despierto en la madrugada angustiada por el eco de la ausencia. 


Muero de rabia de saberme débil, de haber abierto la puerta, de creer que el dolor de la ausencia valía la pena por la previa presencia. De tu falta de insistencia y egoísmo al actuar de ambos.


Quiero odiarte y olvidarte, pero solo apareces en mi día más, así que decido amarte a la distancia y en soledad, pero me duele la indiferencia y reinicio mi odio sin encontrar paz.


Ojalá tuviera tu voluntad tu fuerza yo solo sé romperme y reconstruirme... Pero hoy no tengo ni tiempo de ello, tendré que avanzar mientras me caigo a pedazos.

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